Hacedor de Historias

Durante años, el surfista fue testigo de las bellezas del universo. Pero de la misma manera, ha sido testigo de lo horrible que también es. Recorre la galaxia en busca de planetas adecuados para el consumo de su amo Galactus, también conocido como el devorador de mundos. El surfista ha presenciado la muerte y aniquilación de cientos de panetas rebosantes de belleza, de vida, y todo para saciar el hambre de Galactus. Desde su tabla, observa cómo su último mundo encontrado se va consumiendo, apagando, quedándose en silencio.  

El robot servicial trajo como todas las noches el té de antes de acostarse a sus amos. Como siempre sus amos se sintieron orgullosos de su robot, de lo funcional y eficaz que era durante estos cinco años a su servicio. Mientras el robot servía el té, sus amos comentaron que sería una pena reemplazar a su antiguo robot el modelo nuevo FJV28219 que adquirieron la semana anterior y que llegaría a la mañana siguiente. El robot dejó de servir, sus amos lo miraron sorprendidos y observaron que su brazo derecho comenzaba a temblar, la mujer se asustó cuando el robot arrojó con fuerza la taza contra la pared. La luz principal del robot se volvió roja, indicio de cuando se activa la alarma de intrusos. En ese momento el robot colocó sus manos en el cuello de la mujer apretándola con fuerza, su marido se abalanzó al robot intentando que la soltase. Su mujer murió asfixiada y ahora le tocaría a su marido morir. El robot cogió la bandeja y la estrelló en la cabeza de su dueño. La amenaza había ter

Los experimentos habían dado sus frutos. Por fin había logrado crear, a través de todos estos años y prueba, el perfecto ser humano híbrido. Ahora ni el cielo ni el mar serían límites para los humanos, podremos adaptarnos al ambiente sin necesidad de vastos aparatos, sino por méritos propios. La comunidad científica me dará el título honorífico y me agradecerán que los haya salvado de la destrucción. Y todo por el precio de mi familia, en especial, de mi hija favorita, la única que ha logrado sobrevivir.  

  Sentado en la biblioteca, recupero un momento de lucidez. En ese instante alzo los brazos y grito su nombre. Todo es en vano, ella yace muerta desde hace décadas. Mi corazón, hinchado por el momento en el que creí que ella aparecería ante estas puertas frías, se encoge por momentos. Como ese despertar amargo con el sol bañándote el rostro, al saber que lo que creías real y cierto, no era más que una ilusión, un sueño, y entonces es cuando poco a poco vas muriendo. Vuelvo a sentarme, y junto al crepitar del fuego, veo tu rostro, veo esa sonrisa que durante años me hacía feliz. Me encuentro cansado, tomo otro trago de este asqueroso vino que es incapaz de saciar la sed de los abatidos. Noto que va llegando el Sueño de los Muertos, sentado aquí, en la biblioteca, donde pasabas horas y horas leyendo uno tras otro, estos incontables libros que pueblan estas paredes. Soñabas, volabas y amabas. Y mientras tanto, yo veía cómo te consumías, te alejabas, te morías en mis brazos mientras llor

  Al abrir el arcón, vi todos aquellos recuerdos que guardé, me disponía a tirarlos todos y no guardarlos más. Tiré su sonrisa que me hacía vivir, deseché todos sus abrazos, su imagen se iba difuminando. El arcón se iba vaciando cada vez más. De ese modo pude descubrir unos trozos que estaban esparcidos en el fondo. Poco a poco iba recordando qué eran esos pedazos, los había colocado cuando ella se fue. Los recogí sin querer unir las piezas, no quería que lo destrozaran de nuevo.

Los mandos habían fallado y aterricé como pude en este planeta aún inexplorado cerca del asteroide FJ2882. Los daños superficiales son mínimos, lo que de verdad me preocupa es que el ordenador central de a bordo se haya dañado seriamente. En ese caso ya me puedo dar por muerto en este planeta. Reviso el ordenador, por suerte no está muy dañado y solo debo reiniciarlo, mientras lo hago, decido ir de exploración y aprender algo sobre este lugar y llevar algunos datos a la Tierra. Al salir, vislumbro una hilera de montañas rocosas de difícil escalada, el cielo me recuerda a Marte y puedo sentir una gravidez más pesada que en la Tierra. Lo que me sorprende es encontrar un especie de lago escarlata, me recuerda mucho a mi rancho en las puestas de sol en otoño. Me acerco hipnotizado por el llamativo paisaje extraterrestre, que curiosamente me resulta tan familiar. Por la distracción de las vistas, no percibo que algo me agarra de la pierna hasta que es demasiado tarde. Un pulpo gigantesco me

En la inmensidad de la noche, las estrellas iluminan desde lejos la imaginación de los hombres. Desde la Tierra, seres insignificantes que aspiramos a la grandiosidad del cosmos. Todas las noches, una pequeña, se dedica a contar estrellas, firmes, confiables, te muestran el camino, están ahí incluso de día. Para los insomnes, las estrellas son la única compañía de los que tienen el corazón roto y saben que su luz, son los restos de algo que hace tiempo que estaba vivo. El observador lo ve todo desde su hogar, todas las noches espera con ansias el espectáculo del firmamento. Verlo todo desde su telescopio, es su fin último. Estrellas que brillan, dan esperanza y cumples deseos. Musas para enamorados y consuelo para corazones rotos. Siempre estarán ahí, listas, preparadas para todo lo que podamos necesitar.  

Me ha tocado el turno de vigilancia con el novato. Se le nota nervioso, y no es de extrañar, llevamos seis meses sitiados en la ciudad por los robots. Algo en su programación ha cambiado y de ser sumisos y obedientes, son ahora fieros guerreros en acabar con cualquier ser humano. Le digo al novato que se tranquilice, que tenemos hasta la noche para que nos sustituyan y no conviene que gaste sus energías en ponerse ansioso. Luego de un rato aburrido vigilando el amplio desierto sin ninguna novedad a la vista, el novato me pregunta cosas sobre mí. Supongo que necesita pasar el tiempo y de paso, ir calmarse un poco. Yo era uno de los ingenieros que trabajaba en el cohete que nos llevaría a Marte, pero que con el comienzo de esta guerra contra los robots mi trabajo quedó inconcluso. El chico me preguntó cómo había comenzado todo, él estaba en el instituto cuando todo esto ocurrió y hasta el día de hoy, nadie se lo había podido explicar. Le comento que yo estaba en la nave operando la sala

La familia de la granja 28-J ya estaban preparados, se encontraban muy nerviosos porque habían fallado en el último diezmo y no podían fallar esta vez sino querían morir todos. Su bebé dormía todavía, sus padres lo miraron por última vez, cuando ya se podía divisar entre la niebla la criatura a la que pagar el diezmo. Se trataba de un mantis gigantesco, pero para ellos, era su dios a quien adorar, pues éste les bendecía con buenas cosechas y los protegía de los males exteriores. Pero había un pago, cada diez años, cada familia situada en 82 granjas debían pagar un precio. Ese precio era un miembro aleatorio de una familia. Este año había sido especialmente malo para las cosechas y a duras penas daban para alimentar a todos los de las granjas. Así que la familia de la granja 28-J, decidieron coger como pago a su recién nacido, pues necesitaban al mayor para seguir trabajando en los campos. La decisión fue muy dura, pero una necesidad muy grande en pos del bien común. Así que entregaron

Desde que aterrizaron en el recién descubierto asteroide apodado FJ2882, todos los tripulantes masculinos de la nave EVA cayeron enfermos. Los síntomas son de una fiebre común, pero van seguidas de alucinaciones paranoicas colectivas en una hora determinada cada doce horas. El resto de la tripulación, compuesta por mujeres, no muestran ningún síntoma y trabajan a doble turno entre cuidar a los enfermos y encontrar una cura. El equipo de mantenimiento se encontraba fuera de la nave para reparar los motores, cuando la jefa de equipo, Carla, notó que alguien les estaba observando. Cuando se disponían a marcharse, Carla, se dio la vuelta y le pareció ver la figura de una mujer desnuda, sin traje espacial ni ninguna protección contra el espacio. El resto de sus compañeras la llamaron para partir, y Carla decidió que lo que había visto fue producto de su imaginación y el cansancio.  

Estaban a punto de escapar, solo faltaban unos pocos metros para llegar a la nave del humano, pero a ella le alcanzó un disparo de los guardias. Él regresó sobre sus pasos a pesar de que sus captores estaban cerca, pero no podía dejarla morir ahí sola, mucho menos después de que le ayudase a escapar. Desde que Roger había llegado a este inhóspito planeta y fue capturado, ella fue la única en tratarlo bien, y aunque no se podían comunicar verbalmente, sentían que se podían entender entre ellos. Los guardias estarían de un momento a otro sobre Roger. La criatura emitió unas últimas palabras y señaló a la nave, después de eso, ella se desvaneció. Roger, no tenía tiempo para llorar, dejó el cuerpo de su rescatadora y amiga y se dirigió a toda prisa a su nave. Más tarde, tendría tiempo para el dolor.  

PARTE 1 Creo que me he perdido, igual tendría que haber dado la vuelta a aquel asteroide porque sinceramente, ya no sé dónde estoy. A lo lejos veo un planeta azul muy bonito, decido bajar ahí y preguntar donde me encuentro. Aterrizo en un campo verde con algunas estructuras primitivas que no había visto nunca. Al salir, cuatro criaturas me reciben, uno de ellos emite unos sonidos bastante molestos y los otros tres se me quedan mirando y no sé si entienden lo que digo. Entonces alzo mi brazo a modo de saludo y... PARTE 2 El pequeño Jimmy jugaba en el granero con su perro Toby, cuando éste comenzó a ladrar con dirección al cielo. Jimmy no pudo verlo al principio, pero después su expresión cambió a terror al ver que un ovni bajaba directamente a sus terrenos. Jimmy corrió a su casa y cogió su escopeta y la de su padre. Fue rápidamente a su encuentro en el campo y su hermana estaba ayudándolo en el cultivo. El niño señaló la nave y los cuatro se dirigieron hacia donde había aterrizado la n

No entendíamos qué estaba pasando. Después de que hace dos noches algo cayera del cielo estrellándose en nuestros campos, muchas cosas sin sentido estaban ocurriendo.  Y entre ellos, mi marido y yo estamos ahora mismo escapando de un tractor que él había comprado de segunda mano y apenas lograba funcionar, rodeado de tentáculos que nos querían agarrar.  Corrimos lo más rápido que pudimos, mi marido disparó unas cuantas veces a los tentáculos sin ningún efecto que aminorase el paso del tractor. Entonces le grité que disparase a las luces, que no nos atraparía si no nos vería.  Con suma rapidez, disparó dos veces a las luces del tractor, y al hacerse la oscuridad, se detuvo inmediatamente. Nosotros paramos también al ver el resultado, y nos escabullimos en silencio por si nos pudiera oír. Ahora, teníamos que volver a nuestra granja para salvar a nuestros hijos de estos fenómenos.  

Sin darse cuenta, las mercenarias que estaban siguiendo a su guía por el túnel de la criatura que buscaban, poco a poco estaban siendo atrapadas por hilos imperceptibles al ojo humano. Cuando las tres no podían moverse, su guía mostró su verdadero aspecto, era la araña que estuvo semanas aterrorizando las aldeas cercanas. Ésta se acercó a sus víctimas y las adormiló para transportarlas a su nido. Cuando despertaron, su anfitriona se encontraba por encima de ellas observándolas, como si le costase elegir a quien devorar primero. Después de un largo rato, en las que ellas forzaban en vano por librarse, la araña ya había elegido a su presa. Bajó a toda prisa y agarró a la novata. Entre lloros y lamentos, la novata pidió ayuda a sus compañeras, mientras que éstas, no podían hacer nada más que observar cómo la araña se la llevaba hacia la oscuridad.  

¿Por qué no podía ser una chica normal? Eso era lo único que pedía, no quería ser especial, ni única, quería ser una más del montón. Quería tener amigas, reír juntas, llorar juntas, no llorar siempre sola.  Ahora tendría que vivir con miedo, con miedo a que la descubran y se la lleven al Centro, un lugar donde “conviven” gente como ella, con anormalidades y del que nadie a vuelto.   Sus padres le dicen que parece un ángel, ella se ve a sí misma como un monstruo, algo que no debería de existir, unas alas hermosas que para ella son una losa que ha de cargar para siempre.  

No podía haber tenido un día más malo. Al despertar, ya tenía un mensaje de Whatsapp de mi novia diciéndome que teníamos que cortar. Mi coche no arrancaba saliéndole mucho humo en el motor, ya visualizaba gastarme una fortuna en el taller. Ir a la oficina con un paraguas estropeado y que al llegar, vea por la ventana una invasión alienígena en platillos volantes. Un día para no levantarse de la cama.