Un mal día


No podía haber tenido un día más malo. Al despertar, ya tenía un mensaje de Whatsapp de mi novia diciéndome que teníamos que cortar. Mi coche no arrancaba saliéndole mucho humo en el motor, ya visualizaba gastarme una fortuna en el taller. Ir a la oficina con un paraguas estropeado y que al llegar, vea por la ventana una invasión alienígena en platillos volantes. Un día para no levantarse de la cama.


 

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