La amazona del espacio

Los mandos habían fallado y aterricé como pude en este planeta aún inexplorado cerca del asteroide FJ2882. Los daños superficiales son mínimos, lo que de verdad me preocupa es que el ordenador central de a bordo se haya dañado seriamente. En ese caso ya me puedo dar por muerto en este planeta.

Reviso el ordenador, por suerte no está muy dañado y solo debo reiniciarlo, mientras lo hago, decido ir de exploración y aprender algo sobre este lugar y llevar algunos datos a la Tierra.

Al salir, vislumbro una hilera de montañas rocosas de difícil escalada, el cielo me recuerda a Marte y puedo sentir una gravidez más pesada que en la Tierra. Lo que me sorprende es encontrar un especie de lago escarlata, me recuerda mucho a mi rancho en las puestas de sol en otoño. Me acerco hipnotizado por el llamativo paisaje extraterrestre, que curiosamente me resulta tan familiar.

Por la distracción de las vistas, no percibo que algo me agarra de la pierna hasta que es demasiado tarde. Un pulpo gigantesco me eleva con facilidad. Yo no puedo creer lo que veo, un pulpo similar a los de la Tierra pero es tremendamente enorme. Me agarra tan fuerte que el dolor que me produce hace que no pueda alcanzar mi arma, estoy totalmente indefenso.

Entonces algo golpea a la criatura y caigo de bruces al agua. Trato de ver qué ha pasado, entonces observo una mujer de espaldas a mí, enfrentándose al monstruo. La bestia carga contra ella, pero lo para en seco con su espalda, en ese momento veo su rostro, es como una bella guerrera amazona. Fuerte, decidida, agarra a la criatura desde abajo y lo alza en el aire como si fuera un cachorro de perro. Lo hace girar sobre sí mismo y lo lanza lejos al lago.

Yo me quedo estupefacto ante tal escena, y no reacciono hasta que ella me da la mano.

-Levanta, me llamo Ema, te llevaré a un lugar seguro.

-Ho..hola, yo soy Adam, muchas gracias por salvarme-. Le tomé de la mano y nos dirigimos camino hacia las montañas.